viernes, 22 de febrero de 2013

Ciudad maldita



Me canso, me cansa.
No busco más que soledad
y siempre quiero compañía.
La tuya.

Atrás quedan esos tiempos
pasando la noche en el parque.
Y no termino la carrera.
La mía.

Por las calles vago como un poeta
que no encuentra la rima exacta.
Las musas me han abandonado.
Inspiración baldía.

Las mismas gentes en este pueblo
parecen distintas: Maquillaje y vestuario
del teatro.
(Agosto 2009)

martes, 12 de febrero de 2013

Saga de Geralt de Rivia (Andrzej Sapkowski)

Hace un par de meses que descubrí la Saga de Geralt de Rivia que es digna de leer. Su estilo es fluido y muy rápido, mezclando narraciones de cuentos populares (como una mención a una mujer que vivía en unas condiciones muy parecidas a las de Blancanieves) y alusiones a seres mitológicos y de influencia eslava (sobre todo polaca ya que el autor procede de allí). La saga se compone de 7 libros (8 en la edición de Bibliópolis que yo tengo) de unas 200-250 páginas llenas de aventuras de nuestro protagonista, de Yennefer la hechicera y Jaskier el trovador principalmente, aunque a partir del segundo libro aparece un personaje que será vital para nuestro protagonista de Rivia.

Geralt de Rivia es un brujo que en su infancia fue "secuestrado" por los brujos, los que le sometieron a un entrenamiento y le hicieron tomar unos elixires a los que solamente sobreviven unos pocos, es algo así como el entrenamiento espartano de la época, para que os hagáis una idea. Estos elixires le quitaron su humanidad, lo convierten en un mutante que técnicamente no tiene sentimientos, le convertían en alguien a quién solo debería preocuparle aquello para lo que fue entrenado: matar monstruos a cambio de dinero. Pero, nuestro brujo no será tan despreocupado como debiera, sino que se tomará bastantes molestias por los demás de una forma muy curiosa, en parte como hace la gente tímida, sin ser demasiado amable. Tiene dos espadas que usa como armas, una de acero y otra de plata para encargarse de personas o monstruos según necesite, ayudado de otros elixires que le ayudan a mejorar sus capacidades, ya de por sí bastante buenas como lo es ver en la oscuridad y moverse de forma extraordinaria

Yennefer es el amor-odio de Geralt, nunca sabes si cuando acabe el capítulo van a intentar matarse o terminarán en la cama. Ella es una hechicera que tiene cientos de años, pero no sabemos cuántos porque es de mala educación preguntarle la edad a una dama, que se mantiene joven gracias a conjuros; aunque Geralt cree que era una jorobada antes de someterse a los cambios por una especie de visión que tu acerca de ella una vez cuando estaban juntos. Dichos conjuros conllevaban unos cambios que son uno de los mayores rompecabezas de la relación. Como ella es hechicera y como les pasa a la mayoría no puede tener hijos debido a cambios hormonales, cosa que cuando era joven no debió importarle mucho sacrificar a cambio de poder pero que ahora la martiriza.

Jaskier es el mejor amigo del brujo, aunque personalmente yo no encuentro que le aporte mucho como amigo porque siempre le mete en más problemas que en otra cosa. Es un bardo muy conocido en todas partes, sobre todo donde haya realeza ya que le gusta codearse con lo más selecto. Su mayor habilidad, además de su forma de tocar el laúd y cantar es la facilidad que tiene para engatusar a cualquier mujer, vamos, es un mujeriego y eso les mete en bastantes jaleos. Recuerdo una parte de un libro en la que una mujer harta de él tira sus cosas por la ventana de una forma bastante violenta...

Cirilla de Cintra, llamada Ciri aquella que dije que aparece de repente. Es una niña de la sorpresa que está ligada a Geralt por una promesa. La promesa consistía en que le darían aquello que no sabían que tenían, en este caso la mujer a quién se lo dijo estaba embarazada por lo que la niña estaría mágicamente vinculada a él a través del hilo del destino. Está niña al principio será rechazada por Geralt que se arrepiente de haber usado el derecho de sorpresa ya que no quiere responsabilizarse de la niña, pero se da cuenta que no se puede huir del destino ya que ambos están ligados y siempre se encuentran. Ciri es tomada como pupila y aprende con los brujos en su torre, Kaer Morhen aunque como tiene habilidades especiales al final se Yennefer se ocupa de enseñarle hechicería.

Como siempre, os lo recomiendo encarecidamente que leáis los libros

Casandra

Arena (Magic - El encuentro): William R. Forstchen


A veces me sorprende como algo que jamás nos ha llamado la atención consigue cautivarnos si le damos la oportunidad. A mi me ha pasado muchas veces, entre otros motivos porque soy un poco incrédula (como norma general) y porque mi hermano tiene un gusto un tanto peculiar. Mi hermano, justamente fue quién me recomendó el libro Arena: el encuentro, primero le miré mal, luego entrecerré los ojos y de golpe los abrí; me estaba recomendando un libro sobre las Magic, sí, las cartas. No le miré mal por hobby ni nada, pero a mi aunque me apasiona la fantasía jamás se me hubiese ocurrido leer un libro sobre las Magic (que debe sonar tan poco emocionante como me sonó a mí), pero debo decir en su defensa que es de los libros más interesantes que he leído.

El libro comienza cuando nuestro protagonista, Garth, que tiene la peculiaridad de ser tuerto (por eso le llaman Garth el Tuerto), llega a la ciudad y presencia en la Arena de combate una lucha mágica entre dos casas. Mientras observa, Garth se anima a entrar en la arena y se enfrenta a un luchador de tercer nivel al que mata, cosa que al Gran Maestre molesta, ya que le ha matado alguien que pertenece al populacho, que no tiene ningún nivel de luchador y que ha conseguido hechizos del luchador al que mató que pertenecía a la casa naranja. Por eso mismo, decide esfumarse sin que nadie sepa adónde con la ayuda de un mendigo

A partir de ahí, nuestro amigo tuerto se rodea con lo peor de la ciudad, como suele pasar con la gente errante, que curiosamente es la gente más honrada que vive en la ciudad. Los mendigos le dan cobijo y le explican el funcionamiento de la ciudad, que se centra en la existencia de las casas mágicas que se dividen en 4 colores: naranja (Casa Fentesk), púrpura (Casa Ingkara), marrón (Casa Bolk) y la gris (casa Kestha); aunque antiguamente, 20 años antes existía también la casa turquesa que ostentaba el poder antes de ser masacrada.

Con toda esa información y una poca más que logra conseguir Garth, se une a la casa gris, teniendo como "sirviente" al mendigo que le ayudó a huir, Hammen, aunque éste solo accede a ser su sirviente durante el Festival, en el que luchan todas las casas para conseguir ir con el Caminante, que es una especie de ser superior que domina el maná.

Para saber si nuestro Tuerto consiguió lo que buscaba, si es que buscaba algo, te recomiendo que leas el libro porque contra todo pronóstico te enganchará y no podrás dejar de leerlo.


Casandra

viernes, 8 de febrero de 2013

esperando el 29


Gentes serias, caras largas; abismos en los que no puedes más que caer si tropiezas. Aquí no hay luz, no hay sol. Nadie regala una sonrisa; al mirarlos no encuentras sino ceños fruncidos o gafas de sol que ocultan al mundo una mirada vacía.

Van encorvados, encerrados en sí mismos para no ver lo que hay dos pasos adelante. Pensando siempre en su hacienda, en negocios, en el sucio dinero, en definitiva.
Nunca paran a contemplar dos minutos la belleza de una balconada u observar el salto del gorrión hacia la miga de pan.


E. Nolde, Máscaras, Vida cotidiana III, 1911



No nos conocen. No se conocen. Ni quieren hacerlo, pues no saben lo que es. No necesitan eso...
Yo no quiero ser como ellos, -ahora lo comprendo- yo quiero volar, vivir en otros mundos. Ambientes mágicos donde no se mida a las personas por lo que tienen. Donde no se emitan juicios de valor sin tener ninguna referencia. Quiero encontrar personas que me hagan crecer y dejar alguna huella en ellas.

Quiero ser libre, escribir, cocinar, hablar francés...

JE VEUX VIVRE!

(junio de 2008, Zaragoza)

lunes, 4 de febrero de 2013

Campesino

  Ya era hora de empezar a trabajar. El sol acababa de salir en la sierra de Santa Ana, dando vueltas como de costumbre. Comenzaba otro prolijo día y nuestro aldeano se calzó las usadas abarcas, se abrochó el chaleco de cuero rojo que tanto le gustaba y cogió la azada.

  Caminaba alegre en dirección al huerto. Este año la cosecha parecía abundante. Silbaba una melodía que había aprendido en la proyección de un filme en el pueblo; la letra venía a decir algo así como "iff ai güere a rich man", pero él no sabía qué significaba aquello.

  Transcurrió una hora antes de que pudiera abrir la verja que protegía su cosecha de las ovejas y las cabras de sus vecinos. Llenó el botijo que le esperaba al lado del pozo y bebió un largo trago. Ya estaba listo para empezar.

  Palmeó dos veces antes de sujetar firmemente la azada. Cuando la alzó sobre su cabeza, en la hoja metálica bailó un rayo del sol del amanecer. El apero cruzó la atmósfera y se hundió en la tierra fría. Nuestro aldeano repitió ese gesto dos veces antes de que surgiera su primera pieza. Terminó de arrancarla con las manos callosas y sucias.

  Con aire triunfal levantó la primera letra, era una hache. Una hermosa y blanca hache que lo miraba muda., saludable en su tipografía. Con el orgullo de haber realizado un buen trabajo, la depositó con cuidado en la cesta y siguió explorando los surcos plantados. Una "A", una "Z", una minúscula "i", una robusta y redonda "Q"...

  Siguió cavando hasta que llenó la cesta y se encaminó de vuelta al hogar pensando en el magnífico guiso de poesía que haría su mujer para comer ese día. La cosecha había sido tan abundante que tal vez podrían hacer conserva de cuentos para el invierno, o compota de esdrújulas que tanto gustaba a sus críos en la merienda.

  En verdad, aquella idea de cambiar de plantación, había sido la mejor recompensa al trabajo de tantos años. La única forma en la que no volverían a pasar hambre.